Escapada
Viernes // 16 PM // interior de un ford escort de final de los 90 // atasco para salir de la ciudad // nubes de estorninos que bailan casi en braille // estaciones de servicio // autopistas // carreteras // campos de girasoles // campos de naranjos // campos de mierda // invernaderos brillando bajo el atardecer como dragones artificiales // cañaverales tomando la albufera // al fin el mar // la mar // ciego pulmón de espuma donde rompe la tristeza // aparcar // cruzar el bulevar // sentarse en una roca // fumar contra la noche // olvidar un planeta que no nos tiene en cuenta // recordar que esta vida // que madrid // no entraba en nuestros planes // apagar la colilla // escuchar a una chica riendo en valenciano // calzarse los zapatos // respirar hondo la humedad // su caracol obsceno de salitre // lanzar a los perros de los bares los jirones del tedio de los días iguales hasta que duela todo el cuerpo de bailar // llorar en el lavabo entre restos de vómito y papelinas vacías // pronunciar el nombre de tu madre // abandonada al alzhéimer en una residencia de extrarradio
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INT. Apartamento-amanecer
Mayte prepara café, de espaldas,
mientras el amanecer despierta
con sus manos heladas a los pájaros
y apaga las farolas con las yemas
de sus dedos mojados por el frío.
Jon fuma en la mesa, inquieto.
No han dormido. La ciudad, afuera,
es un parque de atracciones
a punto de abrir sus puertas.
[Y ahora qué] pregunta Mayte.
Suena el teléfono. Jon la mira,
apaga el cigarrillo, impide que descuelgue,
le asegura que todo saldrá bien.